La Web 2.0 se masificó gracias al XML, donde la web dejó de ser estática para convertirse dinámica. Anteriormente no existía forma de interconectar las distintas plataformas que existían. En los 90 se destaca la labor que realizaban los middleware la cual era asistir a una aplicación para interactuar o comunicarse con otras aplicaciones, software, redes, hardware y/o sistemas operativos.
Llega la web 3.0 acompañada de la web semántica enfocadas a ser utilizadas por máquinas o aplicaciones con el objetivo de minimizar el trabajo humano y convertir la web en una herramienta colaborativa.
Web 3.0
Todavía en la 2.0 y ya está definiéndose el siguiente salto cualitativo a la 3.0, que es la mejora del manejo de la información aportada por la 2.0. Esto es, la transformación de la red en una base de datos, accesible desde aplicaciones de cualquier tipo, no necesariamente navegadores.
Por ejemplo, una aplicación que muestre el tiempo de los próximos días, o una que muestre los radares o gasolineras de una carretera, de forma que el usuario también puede hacer sus aportaciones a estas bases de datos, cada vez más desde móviles (ampliando así las fuentes de los datos y los posibles usuarios).
Las nuevas aplicaciones gestionan los bases de datos que ya existían en la Web 2.0 (o que fueron alimentándose con las aplicaciones de la web social) de una forma más eficiente.
Una denominación frecuente es «Web semántica», puesto que utilizan los metadatos para interpretar la información y darle un sentido u otro en función del contexto, o para hacer búsquedas más acordes con la intención del usuario.
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